domingo, 3 de junio de 2007

Cuento sobre la fe (escrito por: el aprendiz ambulante)

El recorrido de la vida

Cuenta una historia, que un hombre al llegar al cielo, vio todo el recorrido de su vida en pequeñas pisadas, a lo largo de una larga playa que representaba su idea del paraíso.
En ese recorrido, estaban todos los sucesos que recordaba de su vida, pasando desde los más irrelevantes, como preparase unos huevos, hasta los mas importantes como era el día de su boda. Las pisadas eran irregulares tanto en profundidad como en el número de pisadazas en cada tramo. Lo que más le llamaba la atención, es que al lado de su línea de pisadas, había otra línea que seguía la suya paralelamente, pero esta, era perfecta. Como si la hubiese andando alguien tranquilo y sosegado que estuviese dando un paseo.
Nuestro protagonista se empezó a rascarse la cabeza y a murmurar.
De repente una voz de algún lugar, dijo en un tono fuerte, seguro y sosegado.
- No temas hijo mió, atrévete a preguntar tus inquietudes.
- ¿Quién ha hablado? ¿Quién eres?- Pregunto atemorizado
- Tranquilo, soy un amigo, simplemente déjate llevar por lo que te transmite mi voz-dijo la extraña voz- ¿Qué te transmite?
- Amor, paz, tranquilidad… es como si ya te conociera. Supongo que no hay que temerte.
- Me preguntaba, ¿por qué la profundidad de mis huellas es diferente en cada pisada? Hay algunas, como este –el hombre señalo a una que estaba en la etapa de su infancia- que tiene como un metro de profundidad.
- La profundidad de las huellas significa la atención que has puesto en el momento presente. En tu niñez disfrutabas de cada cosa que te ocurría, pero en tu madurez, tu mente se iba siempre al futuro o a sucesos pasados, despreciando el momento presente. Ni si quiera, cuando hacías el amor, estabas en ese mismo momento. Tu primera vez la desperdiciaste pensando, en que estaba pensando tu pareja de ti. Las demás veces por mil cosas. Por eso, la intensidad de las huellas varia y en tu vejez casi no se ven, ya que te lo pasaste rememorando el pasado.
- Ahora que estoy muerto y desde esta posición, la verdad es que perdí el tiempo. Supongo que ahora entiendo lo que me dijo un chiquillo en una gasolinera. “No hay nada como perder el tiempo, siendo consciente de todo lo que ocurre.”
- Una cosa más, quisiera saber también porque a veces, las huellas dan grandes pasos y otras veces van seguidas. En esos espacios del recorrido, es como si no hubiera vivido.
- Esos fueron los momentos mas difíciles de tu vida, que tuve cargar con tigo para que no desvanecieras. Siempre he estado contigo, aun cuando dudabas de tu fe. Hay una gran conciencia que esta con todos, en todo momento y la puedes percibir cuando tu mente y tu cuerpo se quedan en silencio. Todo el universo esta para ayudar, a que la gente descubra su esencia y comprenda que son seres creadores. Que la felicidad de cada uno de nosotros, esta en el interior de cada uno y, como has descubierto hoy, que también esta en el momento presente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias por el cuento, Azul (no sé tu nombre), muy buena tu versión, intentaré hacer un pps, con tu permiso. Te invito a la página web estheticaoriginaria.org, que a mí me ayudó mucho.... Este cuento lo envié a todos los integrantes del grupo La conciencia, y esta fue una de la respuesta que recibí, que me hizo mucha ilusión. En el correo que recibí, venia adjunto el cuento que compone mi primera reflexión de este blog.

(-: El aprendiz ambulante (-: